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Juego Patológico o Ludopatía
El término Ludopatía se
deriva de Ludus que significa “Juego” y Pato que significa “Enfermedad o Pasión”,
en términos específicos, puede definirse como una adicción al juego.
El hecho de que una
persona juegue mucho dinero no la convierte en jugadora compulsiva, ya que no
es la cantidad de dinero que juega la que la define como jugadora compulsiva,
sino la relación que tiene con el mismo.
Un jugador compulsivo no puede dejar
de jugar y el juego penetra en su vida disminuyendo el placer en las
actividades que antes le interesaban. Las personas que tienen adicción al
juego, suelen visitar lugares de apuestas, como casinos, bancas de apuestas y
bingos.
Las señales que nos
indican que una persona tiene una adicción al juego conllevan a cambios en el
estado de ánimo, pueden estar deprimidos y desesperanzados; y de repente se
vuelven exaltados y agresivos. Las personas con adicción al juego son
generalmente competitivos, energéticos, inquietos y se aburren fácilmente.
Factores de riesgos de la Ludopatía:
-
Una historia familiar con problemas de juego.
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Trastornos del estado de ánimo.
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Consumo de sustancias.
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Juego con apuestas.
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Padecer de otras adicciones.
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Algunos rasgos de personalidad como la búsqueda de sensaciones,
competitividad o tendencia al aburrimiento.
-
Las situaciones estresantes.
Un jugador compulsivo
tiende a sentir irritabilidad e intranquilidad cuando no puede jugar, a no
controlar el impulso de apostar y para conseguir el dinero para jugar suelen
decir mentiras o llegar al engaño.
La ludopatía conduce a
la persona a jugar grandes cantidades de dinero de manera descontrolada e
impulsiva; y este deseo de jugar lleva a la persona a tomar prestado dinero y
de este modo empieza a contraer deudas.
Acto seguido, hipotecan o venden las casas y finalmente recurren el robo o fraude.
Las consecuencias del
juego patológico van desde problemas en el ámbito económico hasta la
desintegración familiar, producto de los engaños que realiza la persona. El juego no solo afecta a la persona que
juega, también afecta a los familiares y los seres más cercanos. El ludópata a
menudo realiza actos que ponen en riesgo su patrimonio y el de su familia.