jueves, 11 de abril de 2013
Cuando pensamos en el Parkinson, lo primero que nos
viene a la mente es que es una enfermedad de la vejez y los temblores involuntarios presente en los
pacientes. El Parkinson, sin embargo, no es exclusivo de personas mayores y va
mucho más allá que temblores.
Hoy 11 de abril se celebra el Día Mundial del
Parkinson. Esta es una enfermedad neurodegenerativa con características
marcadas como son: lentitud de los movimientos (bradicinesia), movimientos
involuntarios (discinesia) rigidez que impide moverse; esto trae como
consecuencia dificultad para toser o deglutir, el dolor y
discapacidad.
Las personas que experimentan párkinson, a diferencia
de los pacientes con Alzheimer, están
conscientes de su enfermedad, incluso cuando no pueden hablar o moverse por los
efectos de la bradicinesia, ellos están conscientes de lo que sucede a su
alrededor. Muchos de ellos suelen desarrollar consecuencias psicológicas como
son: depresión y ansiedad; la demencia puede estar presente en las etapas más
avanzadas, pero no es algo propio de todos los pacientes de párkinson.
Los cinco estadios
Los síntomas en los pacientes de párkinson se van
presentando a medida que la enfermedad avanza. Se reconocen cinco estadios:
- Primer estadio. En esta primera etapa los síntomas son tan leves que pasan desapercibidos. Aquí las personas empiezan a mostrar signos de torpeza. Por ejemplo, se les derrama el agua al tratar de verterla en el vaso o no puede coordinar los movimientos al pelar una fruta. Sin embargo, estos síntomas no se consideran tan graves y no se le da la importancia necesaria.
- Segundo estadio. En esta etapa los síntomas son mayores y más recurrentes. No obstante los pacientes pueden llevar un estilo de vida normal bajo medicación.
- Tercer estadio. En esta etapa la discinesias o movimientos involuntarios se hacen presente. Se pueden presentar problemas de desnutrición por la dificultad de deglutir. El dolor solo puede ser calmado con fármacos; las personas no pueden comunicarse efectivamente o hablar.
- Cuarto y Quinto estadio. Suelen ser las etapas más avanzadas de la enfermedad. Esta etapa muchos pacientes no logran experimentarla porque mueren antes.
Terapias existentes
El Parkinson es una enfermedad que
aún no tiene cura, pero la terapia farmacológica en conjunto con
terapias de rehabilitación puede alargar y mejorar la esperanza de vida de la
persona que experimente la enfermedad.
De igual manera la estimulación cerebral ha probado
ayudar a los pacientes. A través de intervención quirúrgica mediante la cual se
colocan electrodos para estimular las
áreas cerebrales en las que hace falta sustancia negra, los movimientos involuntarios y la rigidez disminuyen significativamente.
Pese al abanico de posibilidades con que cuentan los
pacientes de párkinson para mejorar su esperanza de vida, el estigma sigue
siendo uno de los mayores obstáculos a los que se siguen enfrentando cada día.
La sociedad en general conoce poco sobre la enfermedad y sus síntomas. Algunos
se les confunden con borrachos o se les suele desconfiar cuando transitan por
las calles.
Mitos arraigados
Hacemos eco de algunos mitos que según la Federación
Española de Parkinson están arraigados en la población sobre a la enfermedad.
- El Párkinson afecta sólo a personas mayores. No, gran parte de los afectados tiene menos de 50 años.
- El Parkinson es una enfermedad mortal. No, a pesar de que es una enfermedad neurodegenerativa que no tiene cura, hoy en día, nadie muere de párkinson. La esperanza de vida de los afectados es prácticamente igual a la media.
- No se puede hacer mucho por la enfermedad. No, se puede hacer mucho por la enfermedad. Con la medicación adecuada y acudiendo a terapias de rehabilitación una persona con párkinson puede frenar la intensidad de los síntomas, mejorando así su calidad de vida.
- El Párkinson es sólo temblor. No, además existen muchos otros síntomas como la rigidez, el dolor o la depresión que dificultan en el paciente el desarrollo de su actividad diaria.
El equipo de Bienestar Emocional invita a tomar consciencia
sobre la enfermedad y a ver la persona detrás de la enfermedad; esa persona que
siente y padece, que está consciente de lo que le pasa. Esa persona que observa
como su entorno y sus relaciones familiares van cambiando; sentimiento que le
es difícil expresar por la rigidez de sus músculos. De allí que se depriman y
se sientan asiosos. La vida le cambia completamente sin que puedan evitarlo por
completo. La soledad y la falta de apoyo pueden inevitablemente acelerar su
deterioro, así que tomen esta oportunidad para orientarse, integrarse y
difundir.
¡No olviden sus comentarios!
